La cumbia: del aula a la plaza
El hombre y la mujer caribe son
lúdicos desde su infancia y, lo más
probable, que desde antes. Desde el vientre de la madre, el niño
ya empieza a recibir estímulos de la sonoridad y musicalidad de nuestra región.
Los arrullos de la madre, la abuela, la tía, son una inducción temprana hacia
el aprendizaje de su rítmica, de su musicalidad, de su habilidad parlante y de
su contexto sociocultural, de su tradición oral y musical.
Los cantos de tradición oral y
los bailes cantaos, son los inicios de
los habitantes de la costa caribe colombiana de su aprendizaje, que arranca con
su proceso de socialización primaria o familiar y se consolida en las aulas
escolares. Son estas las evidencias que nos permiten afirmar la idea básica del
saber y de las competencias estéticas dadas por la música, que a su vez nos
permite transmitir razones para recuperar también competencias sociales y
ciudadanas.
A través de la música y la danza,
la fusión funciona como una de las formas ejemplares de la creatividad, de la
innovación y responder a la pregunta de cómo se expresan los pueblos,
manifestándonos a través de sus mensajes, el origen y el desarrollo histórico
de una forma muy agradable de uno de los ritmos significantes de nuestra
identidad regional y nacional, la cumbia.
En la escuela, la cumbia es la
didáctica ideal para mostrarles a los niños la diversidad cultural del país,
presentándoles la cumbia como un elemento de expresión y de creación de la vida
colombiana y de identidad nacional. Resaltar que su origen es fruto de la fusión cultural, étnica e
histórica de la que resultamos todos como pueblo colombiano y como región
caribe.
La región caribe colombiana tiene
su propia lúdica, la cumbia, la danza, los cantos, la tradición oral en general. En
cuanto a los aspectos teóricos y metodológicos relacionados con lo lúdico,
existen estrategias a través de las cuales se combinan lo cognitivo, lo
afectivo y lo emocional del alumno. Son dirigidas y monitoreadas por el docente
para elevar el nivel de aprovechamiento del estudiante, mejorar su sociabilidad
y creatividad y propiciar su formación científica, tecnológica y social.
Con la lúdica se enriquece el
aprendizaje por el espacio dinámico y virtual que implica, como espejo
simbólico que transforma lo grande en pequeño, lo chico en grande, lo feo en
bonito, lo imaginario en real y a los alumnos en profesionales. El elemento
principal, del aprendizaje lúdico, es el juego, recurso educativo que se ha
aprovechado muy bien en todos los niveles de la educación y que enriquece el
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Puede emplearse con una variedad
de propósitos, dentro del contexto de aprendizaje, pues construye autoconfianza
e incrementa la motivación en el alumno. Es un método eficaz que propicia lo
significativo de aquello que se aprende.
La actividad de bailar, cantar,
interpretar, narrar sobre nuestra tradición, es un ejercicio que proporciona alegría,
placer, gozo, satisfacción. Es una dimensión del desarrollo humano que tiene
una nueva concepción porque no debe de incluirse solo en el tiempo libre, ni
ser interpretada como juego únicamente.
La cumbia desde lo lúdico es instructiva. El
alumno, mediante ella, comienza a pensar y actuar en medio de una situación
determinada que fue construida con semejanza en la realidad, con un propósito
pedagógico.
El valor para la enseñanza que
tiene la lúdica es el hecho de que se combina la participación, la
colectividad, el entretenimiento, la creatividad, la competición y la obtención
de resultados en situaciones problemáticas reales.
Como propósitos de la práctica de
la cumbia en el ejercicio de la enseñanza aprendizaje, se pueden resaltar
algunos dirigidos al fortalecimiento de su personalidad como:
• Tomar decisiones ante problemas
reales.
•Garantizo la posibilidad de la
adquisición de una experiencia práctica del trabajo colectivo y el análisis de
las actividades organizativas de los estudiantes.
•Contribuye a la asimilación de
los conocimientos teóricos de las diferentes asignaturas, partiendo del logro
de un mayor nivel de satisfacción en el aprendizaje creativo.
• Me en la solución de los
problemas de la vida y la sociedad.
. Me Fortalece
el sentido de identidad nacional y
regional
. Reconozco
y valoro la existencia y el aporte de los demás
La cumbia, la didáctica
de la alegría
Para evitar que las actividades
sean tediosas es necesaria la implementación de estrategias lúdicas. La lúdica
puede contribuir para desarrollar el potencial de los alumnos, adecuando la
pedagogía e información existente, para contribuir al mejoramiento del proceso
educativo. La propuesta se basa en la lúdica como manifestación de energía por
parte del alumno, a través de diversas actividades.
La cumbia como lúdica sirve para
desarrollar procesos de aprendizaje y se puede utilizar en todos los niveles o
semestres, en enseñanza formal e informal. Esta metodología no debe confundirse
con presentación de juegos o como intervalo entre una actividad y otra.
Metodológicamente, se utiliza al
juego como instrumento de generación de conocimientos, no como simple
motivador, en base a la idea de que, el juego, por sí mismo, implica
aprendizaje. Se interiorizan y transfieren los conocimientos para volverlos
significativos, porque el juego permite experimentar, probar, investigar, ser
protagonista, crear y recrear. Se manifiestan los estados de ánimo y las ideas
propias, lo que conlleva el desarrollo de la inteligencia emocional. El docente
deja de ser el centro en el proceso de aprendizaje. Se reconstruye el
conocimiento a partir de los acontecimientos del entorno.
La clase lúdica, no es un simple
espacio de juego que resuelve las necesidades recreativas de los alumnos, sino
un elemento importante en el contexto escolar, en función de una pedagogía
creativa, más acorde con la formación integral del ser humano.
La convivencia, la comunicación,
el trabajo cooperativo, la socialización, el análisis, la reflexión, el uso
positivo del tiempo y la creatividad son los factores primordiales en una clase
lúdica
La lúdica es inherente al ser
humano en todas las etapas de su vida y ayuda a la adquisición de
conocimientos, que se redefinen como la elaboración permanente del pensamiento
individual en continuo cambio, por la interacción con el pensamiento colectivo
Podemos asumir, que al ser la
danza signo, símbolo y alegoría, esferas fundamentales de la creación humana,
es necesario reconocerla como un espacio de acción e interacción preponderante
en cualquier proceso educativo que en verdad responda a los requerimientos del
imaginario del joven de hoy.
La cumbia, como una evidencia
histórica del mestizaje cultural y un registro de región en el caribe colombiano
En el ejercicio de pasearnos por
la historia de nuestro país, nos tenemos que ocupar de momentos obligados como
los de la colonización, y es en ese
preciso momento, en que logramos comprender por qué somos mestizos, zambos,
mulatos, etc. Y sentimos la necesidad de
expresarlo dancísticamente y al compás de
tambores, manosear un llamador, repiquetear un alegre, sacudir unas
maracas, impresionarme con una flauta de millo o una gaita, de esa manera se
siente más, se hace más y se entiende mejor. Se siente mucho más respeto por lo
que somos, por nuestros valores, nuestras costumbres, lo que en teoría se
conoce como sentido de pertenencia. La cumbia es ese ejemplo perfecto de explicar
el fenómeno del mestizaje cultural, cuando la interpretamos musicalmente,
cuando la bailamos o, sencillamente la gozamos.
Pero esa hibridación triétnica se
da necesariamente en un espacio. Ese espacio manifiesta unas características
muy concretas por su geografía, su relieve, su litoral, su ribera y su clima.
La cumbia me obliga de manera agradable a reconocer que pertenezco a una región
que se diferencia de otras por las características anteriores y por las
culturales como la manera de bailar, cantar, correr, caminar, hablar, etc. La
cumbia demarca mi región caribe.
Cuando oigo, canto, toco o bailo
cumbia, entiendo cuán importante ha sido
mi escuela en mi formación como persona,
como ciudadano. Por eso cuando veo en la plaza a personas bailando la cumbia,
recuerdo con nostalgia al salón de clases improvisado como plaza de pueblo
caribeño.