Se trata de hacer
silencio, no de callar.
Por
Maestro
“Hacer silencio nos permite escucharnos y escuchar en lo más profundo, dar validez a lo que interpretamos. Hacer silencio nos permite aprehender del otro, poder incorporar conocimientos. Este aprendizaje es el que llevaremos adelante para modificar nuestros comportamientos. Hacer silencio porque me permito escucharte, porque te valoro y te respeto”.
Escuchemos en silencio, para no
caer en una discusión sin sentido, con posturas impertinentes que esterilizan la
verdadera intención del diálogo. El
silencio nos dará la posibilidad de escuchar y razonar con mayor claridad y así,
aportar con la objetividad de nuestros juicios que servirán al enriquecimiento para
una conclusión más cercana a la certeza. De esa manera evitaremos asumir como propósito
posturas triunfalistas que para nada ayudan en la dinámica de un diálogo verdaderamente
argumentado.
En muchas ocasiones solo
abrimos la posibilidad de hablar al interlocutor, con la intención de validar
un gesto “democrático” que no pasa de ser una figura protocolaria, pero que no
tiene la intención de escuchar, porque ya existe la imposición previa de un
juicio.