Máscaras y temores
Desde la prehistoria, el hombre recurrió a la máscara para poder sobrevivir en un momento en que el entorno le exigía alternativas a su alcance natural y racional, igual sucedió en la antigüedad, en el Medioevo, en la modernidad y ni qué decir de la contemporaneidad. En cada momento histórico la máscara ha sido utilizada con propósitos diversos y con diversas intenciones, sobre todo con la intención de no dar a conocer sus verdaderos propósitos.
Cuando los temores y las indecisiones se toman a aquellos que la autoridad les supera su talla, se cae en el abismo de la irresponsabilidad por omisión y se vive atrincherado en la falacia de una mal llamada democracia, conscientes de lo que no se hizo en su momento.
Se pretende con esa actitud dejar de actuar o dejar de asumir, evitar la responsabilidad por su temor al fracaso, y se continua con una vida de no culpabilidad, como si la vida se tratara de eso. No deja de ser sospechoso aquel que pretende alardear solo de los triunfos y nunca presentar sus fracasos, sencillamente, porque no es la realidad de la vida.
El miedo al error, al señalamiento, al fracaso, jamás dejará que seas aceptado socialmente como una persona en la que se confía. Cuando no somos capaces de tomar la más sencilla de las decisiones, bajo el supuesto de lograr un conceso, estamos actuando bajo el temor de aceptar la responsabilidad, creyendo que es mucho menos riesgoso dejarle esa acción a otros, para que sobre ellos recaiga la responsabilidad del fracaso. Es una actitud de cobardía ante la realidad de la vida, pero ella, la vida se encargará tarde que temprano de quitar la máscara que hoy por hoy se pretende en las "tablas de la vida". Entre máscaras y pasquines se pretende vivir, en momentos en que debes liderar .
Por
Maestro
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