Es un decir casi popular, que los jóvenes son el motor de la sociedad, por ende el compromiso social que ellos tienen, de generar el dinamismo que exige el ritmo del desarrollo humano en todos sus componentes. No obstante , probablemente, por razones de desarrollo de personalidad, es quizá la juventud, la etapa en que los jóvenes más se alejan de una realidad que exige de ellos una actitud diciente de un comportamiento nutrido en fundamentos actitudinales, intelectuales, libertarios, autónomos y muy responsables.
Preocupados entonces por este distanciamiento del joven de todo lo que le represente a él problemas a resolver, dificultades y compromiso alguno con su participación en la búsqueda de posibles soluciones, entramos en la discusión de que la sociedad actual, sobre todo la sociedad de nuestras localidades, requiere de jóvenes activos que reivindiquen su importancia en la historia de todos los procesos sociales vividos por la humanidad, pero de una participación productiva, constructiva, coequiperos de una labor libertaria, en aras de lograr una sociedad y un hombre feliz.
En esta intención de lograr el vínculo activo y productivo de la juventud en la transformación de la realidad en la que el mismo se desenvuelve, es fundamental que exista claridad en ellos, en lo determinante que es el sentir y el actuar dentro de los parámetros de una ética, que bien puede corresponder al momento histórico en que se vive, pero que debe existir y ser reconocida como un elemento dignificante de la humanidad, que nos permite el auto reconocimiento, el reconocimiento individual y el reconocimiento social.
Por. Maestro
Preocupados entonces por este distanciamiento del joven de todo lo que le represente a él problemas a resolver, dificultades y compromiso alguno con su participación en la búsqueda de posibles soluciones, entramos en la discusión de que la sociedad actual, sobre todo la sociedad de nuestras localidades, requiere de jóvenes activos que reivindiquen su importancia en la historia de todos los procesos sociales vividos por la humanidad, pero de una participación productiva, constructiva, coequiperos de una labor libertaria, en aras de lograr una sociedad y un hombre feliz.
En esta intención de lograr el vínculo activo y productivo de la juventud en la transformación de la realidad en la que el mismo se desenvuelve, es fundamental que exista claridad en ellos, en lo determinante que es el sentir y el actuar dentro de los parámetros de una ética, que bien puede corresponder al momento histórico en que se vive, pero que debe existir y ser reconocida como un elemento dignificante de la humanidad, que nos permite el auto reconocimiento, el reconocimiento individual y el reconocimiento social.
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