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lunes, 27 de junio de 2011

APRENDIZAJE DESDE LO VOLITIVO
“Una propuesta pedagógica para una realidad concreta”
Por: MAESTRO
ESPEC. ESTUDIOS PEDAGÓGICOS
LIC. EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN ESP CIENCIAS SOCIALES Y ECONÓMICAS
Si de lo que se trata es diseñar un modelo pedagógico que aporte al proceso de aprendizaje que ha de ponerse en práctica partiendo de la realidad a la que pertenezco, es importante describir de manera breve, por la ocasión, la particularidad de la condición social y económica de la que hago parte, debido a que no es un elemento ajeno a la forma de aprender o a sus condiciones de aprendizaje. Son diversos y múltiples los factores socio-económicos que influyen en la conducta escolar de los estudiantes de nuestra comunidad, todos esos factores de pobreza y estigmatización social, han llevado a los miembros de estas comunidades a perder el interés por el desarrollo, por el avance y los ha convertido en personas escépticas al progreso, llevándolos a posturas conformistas, facilistas ante la vida, inmediatista, en muchas ocasiones no legales pero que les significa el resolver una situación apremiante de alimentación o de tenencia. Posesión de algún valor material. Ese escepticismo se generaliza hasta llegar a las aulas de clases donde el concepto de educación de los niños y padres de familia se reduce a un simple ejercicio de tradición social lo que lo convierte en una rutina muy distante del verdadero propósito educativo, propósito que no obstante las condiciones expuestas debe perdurar, pero con la particularidad de una realidad muy concreta y diferente quizá a la de otras comunidades. Esta realidad es la que me lleva a considerar la posibilidad de la veracidad de la obra de Habermas “Conocimiento e Interés” y a proponer el INTERÉS, LA ATENCIÓN Y LA VOLUNTAD, como el centro generador del aprendizaje, a través del “APRENDIZAJE DESDE LO VOLITIVO”
Los intereses rectores del conocimiento, en la exposición de Habermas, configuran lo que podríamos denominar un marco trascendental de la investigación: constituyen focos de orientación a partir de los cuales se establecen vínculos efectuales entre la actividad teórica y el mundo vital en su concreción práctica, técnica o emancipadora. De allí que la argumentación de Habermas se orienta a demostrar que los intereses desempañan una función fundamental en el logro de la autonomía humana, en su progresivo extrañamiento respecto a la naturaleza.
Tal exposición de Habermas nos permite considerar lo trascendental del interés para lograr el conocimiento, atreviéndome a señalarlo también como condición de la atención entre sus determinantes internos (aquello que atrae la atención en función de los intereses que se tengan, ejemplo, un aficionado al buceo, se sentirá atraído por un paisaje marino, mientras que un músico seguro le atraerá más los sonidos producidos por el viento)
Nada sobre lo que no se tenga interés será materia u objeto del aprendizaje, entendiendo por interés, el provecho, la utilidad o valor que en sí percibe una persona sobre una cosa, alguien o una situación, en este caso el objeto del conocimiento.
Es importante reconocer al interés como parte de un todo, de unos determinantes que condicionan la atención, esa condición superior que se manifiesta en el ser humano al expresar su capacidad de aplicar voluntariamente el entendimiento a un objetivo, tenerlo en cuenta o en consideración.
Desde la psicología, la atención no es considerada un concepto único, sino varios fenómenos. Por una parte, la atención como una cualidad de la percepción, hace referencia a la función de la atención como filtro de estímulos ambientales, decidiendo cuáles son los estímulos más relevantes y dándoles prioridad por medio de la concentración de la actividad psíquica sobre el objetivo, para un pensamiento más profundo en la conciencia. Por otro lado, la atención es entendida como el mecanismo que controla y regula los procesos cognitivos; desde el aprendizaje por condicionamiento hasta el razonamiento complejo.
Señalaba anteriormente la existencia de algunas condiciones de la atención, dentro de ellas, los determinantes externos brindan estímulos desde el medio y posibilitan que el individuo mantenga la atención hacia dichas expresiones que se le proponen, a saber: Potencia del estímulo. Es evidente que un sonido de gran intensidad como los producidos por los Pick-ups en nuestros barrios del sur de nuestra ciudad de Barranquilla, es capaz de atraer la atención y de allí el gran interés de nuestra comunidad por ellos. Igual puede suceder con los colores, etc.; Cambio. Siempre se presenta un cambio que modifica nuestro campo de percepción, nuestra mente es atrapada por los estímulos que modifican la situación de estabilidad. Obsérvese por ejemplo, la reacción de un niño entre los 4 – 6 años de edad, ante los anuncios publicitarios de la TV. Estos son cortos y variados, por lo tanto atraen su atención, por ello son de su interés, mucho más que una imagen fija que es la que ofrece el programa sintonizado lo cual provocará el retiro del niño de frente al televisor, pues ya no hay interés.
Otros determinantes externos suelen ser, el tamaño, la repetición, el movimiento, el contraste y la organización estructural.
Dentro del proceso de enseñanza aprendizaje es función del docente entonces, despertar el interés por el asunto y dirigir la atención de ellos hacia una actividad determinada (situaciones de interés).
“Sin estimular y mantener constantemente la atención, no es posible la adquisición de capacidades y conocimientos firmes, bien desarrollados y profundos” (K.Tomachewski).
También se ocupa de la atención el psicólogo soviético N.F Dobrinin, para él, la atención se entiende como “la concentración y el “estar en orden” de la conciencia y que esta, la atención, no debe verse como una facultad especial del hombre, ni como un elemento aislado entre las diversas facultades, sino todo lo contrario, como una manifestación integral dentro de los procesos psíquicos de observar, pensar y, especialmente, actuar.
La definición mencionada de la concentración de la atención, implica que los procesos de excitación e inhibición cambian mutuamente en el cerebro. I.P. Pavlov llamó a estas leyes de actividad en la corteza cerebral “inducción de cambios mutuos”. Luego entonces, lograr esta situación en la corteza cerebral de sus alumnos al principio y durante todo el tiempo de duración de la clase, debe ser tarea principal del docente. El éxito del docente en cuanto al despertar la atención del estudiante, dependerá, por una parte de la especialidad externa del objeto y, por otra, de las relaciones que mantiene el estudiante con el objeto, del grado de armonía entre los estímulos externos y el estado interior del estudiante o del grado de interés de éste en el objeto, teniendo en cuenta que existe la atención inconsciente y la atención consiente (querer), hacia esta última debe apuntar el aprendizaje.


“EL APRENDIZAJE DESDE LO VOLITIVO” pretende la utilización de situaciones de interés como la herramienta para estimular y facilitar el acceso a nuevos conocimientos por parte de los estudiantes. Las situaciones de interés son el elemento motivador, el cuerpo estimulador que orienta, aclara al estudiante sobre el objeto de conocimiento. Ellas deben proporcionar al estudiante las razones suficientes y oportunidades ofrecidas por el objeto de conocimiento; debe ser la expresión clara del para qué sirve, y el por qué se aprende, con la intención de que aflore el querer aprender.
Las situaciones de interés se construyen con el alumno, de esta manera éste participa desde la elaboración misma de la situación, corroborando de esa forma su veracidad y asegurando su continuidad en el proceso de exploración y profundización en el aprendizaje del objeto del conocimiento. Al lograr el querer aprender, el estudiante ha logrado ingresar al campo de lo volitivo, teniendo en cuenta que volitivo proviene del término latino “volo”, que significa “quiero” y la Real Academia Española afirma que volitivo es aquello relacionado con los actos y fenómenos de la voluntad.
La voluntad, por su parte, es la facultad de decidir y ordenar la propia conducta. Por lo tanto aparece vinculada al libre albedrío y a la libre determinación.
Una conducta volitiva refleja la concreción de los pensamientos de una persona en actos. De esta manera, supone la libre elección de seguir o rechazar una inclinación, en una decisión donde interviene la inteligencia.
Algunos filósofos afirman que la voluntad está compuesta por el querer (el apetito) y el desear (la volición). Lo volitivo debe tener un fin, que es consciente y el objeto de conocimiento del sujeto.
Puede diferenciarse entre la volición (el deseo que es objeto de conocimiento), la tendencia (el apetito natural determinado por lo orgánico y lo instintivo; carece un fin racional) y la inclinación (posee un fin determinado, pero no es objeto de conocimiento).
En la voluntad interviene el apetito y la volición, ya que el acto voluntario es deliberativo (se tiene conocimiento de lo que se está por hacer). En otras palabras: existe una motivación que se genera en el pensamiento y que se somete a una deliberación; con ese conocimiento, el sujeto analiza las posibilidades y concreta el acto en cuestión.

Construida la situación de interés, el docente debe diseñar una serie de actividades que ayuden al alumno a continuar la exploración y a establecer relaciones entre los nuevos conceptos que se le van presentando, sus saberes previos y su realidad. A estas actividades las he denominado Aplicaciones del Interés.

Por: Maestro


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